21 abr 2018

Jalaur. El último bardo.


Ya no quedan pueblos a los que puedan mover los poetas. Quizá haya pasado el tiempo de la Poesía que Promete y, en esta edad oscura y prosaica, ya sólo quede sitio para la Poesía que Combate. Quizá los dioses nos regalaron a los poetas para acompañar, como los antiguos bardos, a los guerreros en su batalla postrera contra un destino fatal e ineludible.
Jalaur, -alias con resonancias ancestrales de mi camarada y hermano Javier Lafuente - es el bardo que acompaña a los últimos rebeldes en este Ragnarok sombrío y traicionero contra la mediocridad y la decadencia.
Los versos de Jalaur no necesitan de métricas ni de rimas. Son versos libres como su pensamiento; a veces melancólicos como su carácter; siempre rebeldes, como su ideal. Los poemas de Jalaur son poemas de rutas abiertas como los caminos de la vieja Castilla en los que a veces aventa las negras sombras de tristezas antiguas. Los versos de Jalaur son versos de vuelta y desengaño con un regusto amargo a cansancio de viejo guerrero. 
Pero son también el grito desafiante del eterno adolescente que un día enarboló el estandarte del cisne de combate seuísta.
No cambies nunca, Ganso.

J.L. Antonaya         

PASANDO...