18 sept 2018
Al dios Marte de Velázquez.
Es severo tu gesto, padre nuestro.
Pensativo y casi desarmado,
quizá de los combates fatigado,
te pinta melancólico el maestro.
Cargado de tristeza y de pesares,
te aburres en un mundo ponzoñoso
hedonista, cobarde y rencoroso
ayuno de valores militares.
Aunque añores otoños y retiro
intuyes tras la máscara amigable
la enemiga cuchilla envenenada.
Sabes que tras efímero respiro
y preso de tu sino insoslayable
volverás a blandir lanza y espada.
J.L. Antonaya