Somos guerreros de las catacumbas
cercados por desiertos de vileza.
Nuestra misión es sorda resistencia
a dogmas de basura decadente.
Proscritos, perseguidos e injuriados
por la jauría babosa de la prensa
adiestrada por bancos y por logias,
cantamos los cantares de la espada
ondeando las últimas banderas.
Nuestro delito es gritar verdades
contra hegemónicas normas mentirosas
fabricadas en los laboratorios
de hediondas letrinas feministas.
Y negar las mentiras y holocuentos
de los amos del miedo y del dinero.
Y gritar las arengas de la Patria
a viscosos verdugos de naciones.
Y a hienas globalistas y mendaces
que ensucian los cerebros de los necios
con odios y consignas aberrantes.
Somos guerreros de las catacumbas
perseguidos por no agachar la frente.
J. L. Antonaya