7 mar 2020

MARCHA TRIUNFAL DEL 8-M


Ya viene el cortejo.
Ya se oyen graznidos y agudos chillidos.
Las brujas taradas rebuznan sus lemas histéricos
y así desahogan su triste furor uterino.
Al toque de pito de Soros forman el rebaño
de peludas y poco duchadas chonis y pendones
que como cotorras repiten torvos pareados
y siguen medrando al abrigo de las subvenciones.
Y las bigotudas.
Las viejas bolleras de pelo morado que chillan memeces
desfilan junto a las putejas de media neurona
que exhiben las tetas pintadas con gilipolleces.
Ya viene el cortejo.
Ya desfilan los callos malayos.
Las gordas sebosas, las feas de cojones,
crispan sus caretos de arpías resabiadas y mustias
graznando sus puritanismos y sus prohibiciones
tras muchos ensayos.
Las que nunca oyeron piropos quieren suprimirlos.
Las focas inmundas que nunca escucharon requiebros
exigen masacres sangrientas de bebés no natos.
Ellas que jamás hallaron macho que las monte
defienden la caza de niños y su asesinato.
También hay varones
mequetrefes fofos, tristes planchabragas
en busca de un polvo limosna con alguna gárgola
o con otro progre.
Ya viene el cortejo.
Ya marchan las nuevas beatas del dogma de moda
con su fanatismo gregario y podrido.
Con inquisiciones
dictadas por sectas y por gabinetes
judíos y masones
orfebres de enfermizo odio teledirigido.

J.L. Antonaya 










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