PREFACIO
Desocupado y confinado lector:
Comoquiera que estos días de arresto domiciliario dan
para mucho pensar y aburrirse, di en releer algunos de los sonetos del Fénix de
los Ingenios para distraer estos interminables ocios impuestos por la epidemia
y la ineptitud gubernamental,
Se me ocurrió la idea, quizá peregrina, de homenajear
a D. Félix Lope de Vega y Carpio tomando el verso inicial de tres sonetos suyos
a modo de pie forzado para componer otros tantos en los que comentar cosas de
este tiempo de muertos y mentiras.
El resultado son estos tres sonetos que espero te
agraden y distraigan. Y si así no fuere, tampoco habrá sufrido quebranto tu
bolsa ni menoscabo el espacio de tu librería, por lo que espero sea benévolo tu
juicio y sosegada tu crítica.
J.L.A.
Estos los sauces son y ésta la fuente
y allí se ve la casa de invitados;
piscina para baños sosegados
y escolta benemérita y paciente
Aquí medito serio y trascendente
mientras estamos todos confinados
y encargo al chico que hace los recados
otro test para Irene por vía urgente.
Y reconozco. si he ser sincero,
que no añoro el pisito vallecano
ni a la chusma que grita y alborota.
Y ahora, marchad con viento mañanero,
dejadme reposar
bajo un manzano:
ser el “Gobierno de la gente” agota.
SI HOY ESTUVIERA LOPE CONFINADO…
Así en las olas de la mar feroces
llega el rugido a los acantilados,
así a las ocho aplauden los menguados
y desafinan con sus necias voces.
Ponen en su balcón discos atroces,
aplauden como monos amaestrados
y escuchan en la tele, resignados,
mentiras de canallas portavoces
La muerte y el encierro dictan leyes
y embozan con mordazas los semblantes.
El embuste se traga y ovaciona.
Mientras asienten como torpes bueyes
los españoles mansos y rumiantes,
el obtuso Simón
se descojona.
SI LOPE SUFRIERA A LOS “VERIFICADORES”.
Pruebo a engañar mi loco pensamiento
y a no ciscarme en los progenitores
de anapastoras, chotas y censores
a sueldo de un Gobierno granujiento.
Ayunos de vergüenza y de talento
amordazan verdades y dolores
y sumisos adulan feladores
al amo al que le deben su sustento.
Mas por mucho que oculten su vileza
y amenacen con cárcel y galeras
a quien señale sus iniquidades.
por cada boca tapada con torpeza
por este sanedrín de pajilleras
mil voces gritarán sus mil verdades.
J.L. Antonaya