28 nov 2016

La muerte del Amado Líder (Cuento oriental)


A Pedro Quintín, corresponsal del periódico El Planeta en Tonkinphem, la noticia le pilló, como era normal, en el bar del hotel:  Kim-Il-Tse-Zedong, Presidente de la República Popular y Revolucionaria de KongPon del Norte había muerto de un infarto. El Ministro de Felicidad Popular estaba en ese momento dando la noticia en la tele gubernamental. Quintín llamó inmediatamente a Madrid.

En la Redacción ya lo sabían. En YouTube se estaba haciendo viral el vídeo del ministro kongponés llorando a moco tendido mientras leía el comunicado oficial. Tras una breve espera, le pasaron con el Director.

- A ver, Pedro, necesito una necrológica ya. Los de El País ya han sacado un reportaje en su edición digital y nosotros todavía seguimos sin dar más detalles  que los que han publicado las agencias.
- Vale, jefe, me pongo a ello. ¿Hago referencia a las masacres de la Revolución Cultural o a las torturas de los disidentes en los campos de reeducación?
- Ni de coña. Ten en cuenta que tenemos muchos lectores progresistas que podrían sentirse ofendidos. Fíjate que el Círculo Pesoe de Podemos ya ha emitido un mensaje de condolencia. Ya se encargarán La Razón y ABC de ponerlo a parir.
-  ¿Alabo entonces la figura del tipo? Su lucha por la libertad cuando derrotó al Emperador Ming y esas cosas.
- No, hombre, tampoco es eso. El Planeta no puede quedar como un medio de extrema izquierda. De esas cosas ya hablará La Sexta. Haz un enfoque más original. Pero hazlo rápido. Perdona pero tengo que dejarte.

El Director colgó sin darle tiempo a preguntar más. Tras pensar en cómo salir del marrón, decidió que sólo Pili Ramos podría echarle un cable. Además de estar bastante buena, Pili Ramos era la documentalista más solvente que conocía. 

- Hola guapa. Necesito que me eches una mano con lo de Zedong. Acabo de hablar con el Dire y quiere una necrológica original ya.
- ¿Cómo de original?
- Pues algo que no nos haga parecer el club de fans del genocida pero que tampoco parezca que nos lo ha dictado la CIA. Un enfoque distinto, ya sabes. 
- Si buscas algo anecdótico, siempre puedes poner lo de la Falange.
- ¿La Falange? Pero si este tío era marxista-leninista y Pol Pot a su lado era un moderado...
- Ya lo sé, pero resulta que una rama falangista disidente, la Falange Superauténtica y Democrática (FSD) envió en los años setenta una delegación a la fiesta de cumpleaños de Kim-Il-Tse-Zedong porque decían que se sentían identificados con su lucha anticapitalista y tal. Nadie les hizo mucho caso entonces, pero no deja de ser una curiosidad interesante.
- Joder, pero eso va a parecer un disparate de El Mundo Today.
- No te creas. Fíjate que en Facebook ya ha habido quien le ha encontrado afinidades nacionalsindicalistas a Zedong porque en su infancia tuvo una niñera cuya abuela había leído una vez un discurso de José Antonio.
- Me has salvado el culo, Pilarín. Te debo una.

J.L. Antonaya



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