A ti, español sumiso y obediente,
amordazado con tu mascarilla,
a ti, creyente eunuco piltrafilla,
amordazado con tu mascarilla,
a ti, creyente eunuco piltrafilla,
te culpo de esta cárcel inclemente.
Es tu aplauso cobarde e inconsciente
a una vacunación de pacotilla
el que siembra el veneno y la semilla
de la persecución al disidente.
Eres siervo que adora su cadena,
eres puta, bacín y mamporrero,
eres piedra del tonto en el tejado.
Y asumes, complaciente, tu condena
a un gulag globalista y usurero
en tu necia indolencia de castrado.
J.L. Antonaya