Nadie defiende a España de la treta
traidora, criminal y mandilona
oculta tras la farsa que encajona
una Constitución de cuchufleta.
Ni un monarca payaso de opereta,
ni partidos de escaños y poltrona,
ni la vil clerigalla camastrona
ni mandos de un Ejército cagueta.
Sólo chicos valientes y burlones
enfrentan las traiciones y maldades
con banderas sin ñoño borbonismo.
Muchachos enfrentando a los matones
antidisturbios y antilibertades
son el postrer bastión del patriotismo.
J.L. Antonaya