El alma de la Muerte es el Olvido
y es morir sucumbir y evaporarse,
deshacerse, no estar, no recordarse
y desaparecer sin hacer ruido.
y es morir sucumbir y evaporarse,
deshacerse, no estar, no recordarse
y desaparecer sin hacer ruido.
Los pocos que recuerden tu latido
pronto serán ceniza que, al soplarse
pronto serán ceniza que, al soplarse
y por el río del Tiempo deshojarse,
también serán un soplo derruido.
Y tu afán y tu vida transitoria
serán eco de un canto de sirenas
en el humo de olvidos obsoletos.
Y pronto no habrá pena ni memoria
y no sabrán tu nombre ni tus penas
los improbables nietos de tus nietos.
J.L. Antonaya