12 sept 2015

La inquisición de los papanatas.


Por enésima vez, Facebook me cierra una página aduciendo que alguno de sus contenidos peca gravemente contra sus sacrosantas Normas Comunitarias que, según parece, son la nueva Verdad Revelada.
El mensaje sobre fondo rojo que me he encontrado al acceder me informa de que algo que he publicado es considerado "incitación al odio". Para que no me devane demasiado los sesos intentando meterme en la farisaica mente de los censores facebookianos, el propio texto me dice lo que el sanedrín censor entiende por "incitación al odio". 

Tras un farragoso, ordenancista y relamido párrafo que parece escrito a pachas por una activista de Femen en sus días malos y un rabino fanático y mariquita en pleno resacón, lo que se saca en conclusión es que por "incitación al odio" se entiende cualquier cosa que al censor se le ponga en la circuncidada punta de su criterio. 
El saber qué contenidos son gratos o no a los ojos de los censores se ha convertido en una ciencia arcana ya que los criterios aplicados dependen, normalmente, de las filias y fobias del tío de la mordaza o de las "denuncias" de alguna piara organizada de trolls, guarretes, antifas y similares. Toda una garantía de imparcialidad. 
Y es que,por ejemplo, los caretos de genocidas y asesinos sicópatas como el Che Guevara o Stalin cuentan con el Nihil Obstat de esta Policía del Pensamiento pero, en cambio, si a alguien se le ocurre publicar una cruz céltica será excomulgado de la red social aunque se trate de una foto de sus vacaciones en Irlanda.
En lo referente a las religiones, el criterio es el usual entre nuestros políticos, periodistas, palmeros  y demás lamelibranquios: se puede atacar y ridiculizar a cualquier religión siempre que sea la católica. Como si no estuviera ya el Papa Paco para eso.
El resto de colectivos "intocables" son los habituales: negros, maricas, moros y demás representantes del multiculturalismo que nos enriquecen con su ubícua presencia y con su peculiar forma de ver el mundo. Las siguientes especies protegidas serán, según todos los indicios, los pederastas y los terroristas siempre que no sean de "extrema derecha".   
Ahora, con el tema de los "refugiados" los simpáticos muchachos de la tijera de Facebook se han unido con entusiasmo a la gran operación sensiblero-propagandística que los grandes medios del NOM están orquestando para que aplaudamos la avalancha de miles de musulmanes, dizque refugiados, infiltrados en nuestro continente.
La censura a mi página deriva de eso. Resulta que publiqué una frase que circulaba por internet quejándose de que se le dé a estos "refugiados" 400 euros por barba mientras millones de españoles están en el paro sin recibir de nuestro buenista Gobierno ni los buenos días. 
Comoquiera que este crítica fue apoyada por miles de visitantes y compartida cientos de veces, los mamporreros del Gran Hermano han decidido que ya estaba bien de mear fuera del tiesto.
Me da a mí que esta caza de brujas va a pasar de frecuente a cotidiana.
Igual que se han aprobado leyes "de odio" diseñadas expresamente para reprimir a los que no pasamos por el aro mongolo y papanatas de lo políticamente correcto, cualquier cauce que permita expresarse libremente será a partir de ahora, celosamente vigilado, controlado y debidamente expurgado en aras de los políticamente correctos dogmas del NOM.
Cualquier día, al hablar por teléfono, seremos informados de que nuestro contrato telefónico ha sido rescindido porque las risas que nos estábamos echando al comentar la "boda" de dos julandrones peperos no cumplen las Sagradas Normas Comunitarias de Yoigo, Vodafone o la puta que los parió a todos. Al tiempo.

J.L. Antonaya

PASANDO...