11 dic 2015

No era contra nosotros.


Un español ha muerto en un ataque islámico a la embajada en Kabul. Se supone que ahora, todos los biempensantes, cagapoquitos y papanatas de las redes sociales deberían teñir de rojo y gualda sus fotos de perfil. Aunque me parece que la táctica de intentar matar de risa a los islamistas no está dando demasiados resultados.

 De todas formas, teniendo en cuenta que hay noticias más importantes, como los diversos rifirrafes y soplapolleces de la campaña electoral, un hecho tan banal como la muerte de un español no creo que tenga demasiada repercusión. 
Además, ya ha salido el Presidente del Gobierno a tranquilizarnos porque, según dice, el ataque "no era contra nosotros". O sea, que es como si nuestro compatriota la hubiese palmado de una pulmonía, así que no pasa nada. 
Sólo espero que la próxima vez que la morisma asesina se equivoque de objetivo, en lugar de en una embajada, pongan las bombas en otro sitio más lucido. En la alcoba presidencial de la Moncloa, por ejemplo. 
Siempre será un consuelo saber que el ataque no era contra nosotros. 

J.L. Antonaya

PASANDO...