14 dic 2015

Otro "If".


Es sabido desde siempre que el verdadero rostro de la gente sólo se ve en los momentos de tensión extrema. En la guerra, por ejemplo, es donde el ser humano muestra su naturaleza más auténtica: el valiente demuestra su valor venciendo al miedo, el cobarde se convierte en un ratón asustadizo, humillado y suplicante, el miserable se degrada hasta las cotas de vileza más repugnante y el generoso ofrece su misma existencia en aras de la lealtad y la camaradería.

Ejemplos de lo anterior se pueden ver en cualquier guerra. En todos los conflictos hay Alcázares de Toledo y matanzas de Paracuellos, defensas de Montecasino y bombardeos de Dresde. En la naturaleza humana conviven lo sublime y lo vil.
Sin llegar al extremo bélico, hay otra circunstancia donde la gente muestra su auténtica naturaleza: el éxito del amigo. El mejor termómetro para medir el grado de triunfo no es la valoración del enemigo declarado, sino la reacción de los presuntos afines.

Si, ante el éxito fruto del sacrificio el “afín” te acusa de tener suerte...
Si, por liderar el esfuerzo, te acusa de afán de protagonismo...
Sí considera tu solidez como una amenaza a su mediocridad...
Si no te perdona la ayuda que le diste generosamente...
Si se indigna cuando saltas ante sus continuos pinchazos...
Si se toma como una ofensa imperdonable la ausencia de tu aplauso servil...

..es que lo estás haciendo de puta madre.


J.L. Antonaya


PASANDO...