No cesarán dolor y cautiverio
ni caerán por sí solas las mordazas
neonormales de miedo y amenazas
establecidas por el ministerio.
No se abrirá la jaula de tristeza
si no quebramos puertas y candados
a golpes, arañazos y bocados
sangrantes y sangrientos en fiereza.
Libertad y Justicia no se ruegan
ni se mendiga el pan y la alegría
cual limosna del amo globalista.
No son regalos falsos que aborregan,
-caridad de migaja y sacristía-
sino trofeos de guerra y de conquista.
J.L. Antonaya